Sin la morada el hombre sería un ser disperso (…) el propósito es llevar a cabo una suerte de etnografía hermenéutica de la “casa”, “morada” y “domicilio”, donde la casa representa “la familia, el microcosmos donde se expresa el patrimonio, la herencia y la edificación; la “morada” concierne al recogimiento y lo íntimo. El dominio de la familiaridad y la hospitalidad. El “hogar”-por su parte- simboliza la unión entre la vocación gregaria y la práctica doméstica, cultural. Reproduce los valores del arcaísmo y revalora alegóricamente el don de congregarse, de “habitar” (…) por último el “domicilio” expresa la representación que hacemos de un lugar desde el cual podemos trazar una biografía cotidiana y expandir nuestra socialidad y civilidad. Expresa el “desborde” de la casa griega (oikia) sobre el dominio público”. (R. Cassigoli, 2011. Pag.25).Proyecto que explora la relación entre el textil (la fibra y el tejido como el primer habitáculo) y la vivienda habitacional. En una operación de nostalgia manual, se aborda la pieza como soporte de una trama arquitectónica contemporánea, carente sentido e identidad. Este proyecto toma dos ejes centrales que, desde una cierta perspectiva se cruzan y dialogan, para plantear preguntas sobre el habitar en las expresiones textiles, tanto tradicionales como contemporáneas (tejidos, mantos, telas, cestos, cuerdas, etc.), así como también expresiones arquitectónicas que solucionan la morada básica del individuo en la actualidad. Preguntas y relaciones que se resuelven desde las Artes Visuales, teniendo como medio la textilidad, tanto en sus materialidades como en sus técnicas y a la manualidad como operación.Conceptos con bordes difusos, pero que sin embargo desde este proyecto se intuye la relación esencial entre el textil y la arquitectura que pretende dar solución a esta necesidad tan humana como vital.